Sara Carbonero es una mujer inteligente, fuerte y muy profesional. Es periodista deportiva, y es a pulso y con su trabajo que se ha ganado su puesto y todo lo que tiene, nadie le ha regalado nada. Sus ojos claros y su escultural figura llaman la atención y le convierten en objetivo de bromas y comentarios machistas nunca adecuados. Aunque Sara hable así de sus compañeros " Son muy "hermanos mayores". Siempre he estado muy protegida. En la Sexta coincidí con García Ferreras, que era como un padre... en Telecinco igual, con J.J, Piqueras, Ribagorda, mis compañeros de redacción. El concepto de "periodista deportivo" un poco machista y juerguista está anticuado. La única sensación que tengo es de protección e igualdad." No es a ellos a quienes me refiero. Yo hablo de aficionados babeantes, de todos aquellos que hablan de ella por su físico y no conciben que una mujer tan bella haya conseguido el puesto que tiene por méritos propios.
Sara mantiene en la actualidad una relación sentimental con Iker Casillas, portero del R.Madrid y capitán de la selección española de fútbol. Y ahora Sara ya no es "la guapa de los informativos". Ahora ha pasado a ser "la chica de Casillas". El periódico The Times (sí, el The Times, el supuesto diario serio de Inglaterra, alejado de la prensa amarilla o sensacionalista, el mismo) bromeó con esta relación con un artículo que presentaba a la periodista como la culpable de la derrota ante Suiza. ¡Nos ha jodido Mayo! ¿En qué mundo vivimos? En que mentalidad cabe que Europa trate a una profesional del periodismo de reputación intachable y rigurosidad patente como "la chica de..." y aún más de burle de su relación con su pareja en tales términos?
Esto tiene un nombre, se llama VERGÜENZA, y es lo que me da. No tienen sentido común, ni de la integridad, ni siquiera respeto por una compañera. ¿Os gustarían tales burlas a vuestras esposas, hijas, amigas? ¿Les pareció una portada graciosa a los de la redacción de un periódico que desde ese día para mí ha perdido toda credibilidad?
Sara lo pasó mal. Ella no se quejó, porque ella estaba trabajando. Sara, y todos y todas lo entendemos así, trató de no dejarse influir pero el tema estaba en el aire. Bochorno y descrédito le amargaron los días en SudÁfrica, y toda esta presión la sufrían sus amigos, su familia, sus compañeros y también el otro protagonista de la historia, Iker Casillas, quién al terminar el último partido del Mundial, habiendo ganado la final a Holanda y en medio de una nube de felicidad y satisfacción, besó a su chica callando bocas, quitándole de encima la presión y regalándonos un hermoso momento que la dejó turbada unos segundos, porque, señores del The Times, estaba trabajando.
Sara lo pasó mal. Ella no se quejó, porque ella estaba trabajando. Sara, y todos y todas lo entendemos así, trató de no dejarse influir pero el tema estaba en el aire. Bochorno y descrédito le amargaron los días en SudÁfrica, y toda esta presión la sufrían sus amigos, su familia, sus compañeros y también el otro protagonista de la historia, Iker Casillas, quién al terminar el último partido del Mundial, habiendo ganado la final a Holanda y en medio de una nube de felicidad y satisfacción, besó a su chica callando bocas, quitándole de encima la presión y regalándonos un hermoso momento que la dejó turbada unos segundos, porque, señores del The Times, estaba trabajando.
Extractos de la entrevista Soitu.es
Pero mi opinión no es única. La esposa del primer ministro inglés Nick Clegg, que es una mujer con nombre y apellidos, Miriam González, natural de Valladolid y con una profesión de prestigio, abogada de un bufete internacional, ha escrito una carta al periódico The Times dónde les invita a disculparse y limpiar lo poco que puedan su triste imagen.
"Culpar simplemente a Sara de la deficiente actuación (del once español frente al helvético) cuando se limitaba a hacer su trabajo es indigno de un periódico que debería tratar a las mujeres por lo que hacen y no por lo que puedan hacer sus compañeros".
Maduremos, madurad un poco, lo poco que podáis, al menos para que vuestros hijos no se avergüencen de vuestras palabras, de vuestros pensamientos, pensad en el futuro porque vosotros ya pertenecéis al pasado, pensad en ellos y actuad en consecuencia.
Un abrazo, Sara.
Akane Mitsui,
(Francesca Blanch)
No soy la chica de nadie, ni busco jamás serlo. Lo que consiga en la vida lo conseguiré por mi misma y como mujer sabré de antemano que aunque vayamos de avanzados, en este mundo aún queda mucho de lo cuál me avergüenzo.
Muy bueno el blog, te dejo el mio
ResponderEliminarwww.futbolparaentendidos.wordpress.com
Nos leemos, saludos.